Muchos vecinos de Estadilla fueron al pregón de las
fiestas con la camiseta – Carrodilla SÍ, canteras NO -. Quedó un acto muy
colorido y vistoso gracias a la iniciativa de Carrodilla Sostenible.
Otro día de las fiestas en una conversación con un
vecino nos dio a entender, más o menos, que éramos unos radicales con el tema de
las canteras, lo hacemos también extensivo al caudal del río Cinca.
A Nosotros los radicales nos parecen otros. Los que
quieren regalar, porque es regalar, el único rincón “virgen” que queda en nuestro
término municipal en cubitos de piedra para que los conviertan en baldosas en
Mequinenza y terminen en el suelo de un jardín de Berlín o Múnich. Esto no es un
gran negocio para Estadilla, sino como se dice popularmente, pan para hoy y
hambre para mañana.
O también a los que no ven ningún problema en dejar
sin una gota de agua más de 10 kilómetros del cauce del segundo río más
importante de Aragón – desde la presa de El Grado hasta la desembocadura del
río Vero-.
Además este vecino nos comentó el tema de la
propiedad privada de los terrenos, que ya empieza a ser recurrente, al parecer algunos
entienden estos derechos como una carta blanca para hacer y deshacer a su
antojo.
Un bien privado puro es por ejemplo un bolígrafo porque existe rivalidad en el consumo y, si se consume, el total disponible
disminuye en ese bolígrafo.
En economía existen también bienes privados con
características de bienes colectivos, por ejemplo un paisaje, porque no existe
rivalidad en el consumo puesto que no se reparte y todos consumen la misma
cantidad.
Cuando un ciudadano pinta la cocina de su casa, el
legislador no le permite a su vecino que presente alegaciones al color elegido porque entiende que tiene características de bien privado puro y, en
definitiva, no le va a molestar si el color es azul cielo o verde césped.
Pero el legislador entiende que nuestra Sierra de la
Carrodilla tiene características de bien colectivo porque los beneficios de su
expolio van a ser privados pero el perjuicio que ocasionarán transcenderá de
la tan publicitada propiedad privada y, por lo tanto, ampara a cualquier
persona o entidad para que presente alegaciones al proyecto, que es exactamente lo que hemos venido haciendo.
Pero lo que realmente nos hubiera gustado es que
nuestra sierra de la Carrodilla tuviera las características de un bien
colectivo puro en sentido estricto, no rival
y no excluyente. Es no rival cuando el uso por parte de una persona no
perjudica el uso futuro de otras, es decir, sostenible. En definitiva, que el consumo de esta
generación de Estadillanos no limite el disfrute y gozo de nuestra Sierra de la
Carrodilla a las generaciones venideras.
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