La ley del mar



Según la ley  del mar frente a un naufragio tenían preferencia las mujeres y los niños y, el capitán, era el último en abandonar el barco. Pero todo cambia, ya no los enseñó el capitán Schettino del crucero Costa Concordia y lo ha subrayado Rato, ex capitán de Bankia. Ahora lo primero son los sinvergüenzas y los banqueros.
Los bolsillos de los ciudadanos se han convertido en un bote salvavidas para los bancos y la irracional gestión pública. El Ayuntamiento ha tratado de edulcorar – no de identificar y subrayar- los graves problemas de gestión económica que lleva años sufriendo. Pero más grave que el fallo como regulador de sus finanzas, es su fallo como planificador y financiador -a costa de nuestros bolsillos- de infraestructuras. Ahora nos comeremos otro salón de actos –Sala de la Orden del Temple-, y semejante festín sin consultar a la ciudadanía sus prioridades, con resultados tan extravagantes -Salón Buñero- como ajenos a sus intereses.
Nos quieren imponer unos graves sacrificios para cubrir una deuda que ha malvivido por encima de sus posibilidades. Evidentemente, nosotros consideramos imprescindible que el saneamiento económico de nuestro consistorio vaya también acompañado de un saneamiento político.


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